¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es un conjunto de reacciones defensivas e instantáneas que nuestro cuerpo genera ante el peligro. Es una respuesta de miedo intensa, acompañada de preocupación e inquietud que expresamos con respuestas fisiológicas (palpitaciones, pulso rápido, respiración acelerada, sudoración…), cognitivas (preocupación, inseguridad, sensación de incapacidad, de pérdida de control, poca concentración…) y conductual (paralización motora, hiperactividad, movimientos desorganizados, conductas de evitación…). Si manifestamos este tipo de respuestas ante situaciones inofensivas pero estresantes, expresamos una respuesta de ansiedad desadaptativa, presente en los trastornos de ansiedad. Pero si por el contrario, manifestamos estas respuestas antes situaciones ofensivas significa que nuestro sistema de alarma funciona correctamente.

¿Qué componentes tiene?

1.- Componente fisiológico: incluye las sensaciones internas que podemos notar cuando estamos nerviosos, como: temblor, mareo, taquicardia… que en las crisis de pánico alcanzan una intensidad mucho mayor.
2.-  Componente conductual: incluye la tendencia a evitar, huir, escapar, buscar ayuda y hacer cualquier cosa que  pueda ayudarte a liberarte del peligro.
3.- Componente cognitivo se refiere al conjunto de creencias, pensamientos e imágenes con contenido de peligro. Estos pensamientos se producen de forma automática, es decir, involuntaria  En el momento de la crisis y en menor grado después de ella, la persona afectada teme que le ocurra algún tipo de catástrofe como sufrir un infarto o trombosis, asfixiarse, perder el control.

¿Estoy teniendo una crisis de ansiedad?

Una crisis de ansiedad se define como una respuesta repentina de miedo o malestar intenso que llega a su pico máximo en cuestión de minutos y que se manifiesta como mínimo con cuatro de los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
  • Sudor abundante.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantarse.
  • Opresión o malestar en el pecho.
  • Náuseas o molestias abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Sensación de irrealidad o de estar separado de uno mismo.
  • Miedo a perder el control.
  • Miedo a morir.
  • Sensación de entumecimiento y hormigueo (por ejemplo en las extremidades) escalofríos o sofocos.

¿Cuándo debo consultar a un especialista?

Recomiendo acudir a un profesional, cuando:

  • Sientes que te estás preocupando demasiado y que esto interfiere en tu trabajo, tus relaciones y otros aspectos de tu vida
  • Tu miedo, tu preocupación o tu ansiedad te causan malestar y te resulta difícil controlarlos
  • Piensas que tu ansiedad podría estar vinculada a un problema de salud física
  • Tienes pensamientos o conductas suicidas
Publicado en Novedades, Ansiedad y etiquetado .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *